¿Cómo se mueve el Che Copete en el nuevo mundo de lo políticamente correcto? ¿Cómo sobrevive el género revisteril sin explotar el cuerpo de las mujeres? Son los desafíos que asume con energía nuestro candidato a Gran Compipa Belloni 2.0.

 

En el lanzamiento de su candidatura guachaca, Ernesto Belloni hizo una promesa que no sabemos bien si es más disuasiva que persuasiva. “Si gano, en la Cumbre me voy a dar el primer duchazo con vino tinto de Chile, tapándome solamente el cuarenta centímetros y nada más”, dijo el padre del Che Copete. También anunció que el Poeta es su jefe de campaña. “Y seguramente va a haber algunas doncellas que me van a acompañar”, agregó. Dióscoro le preguntó de qué tipo. Belloni respondió: “90, 60, 120. Van a ser colombianas”. Luego se disculpó un poco por el chiste estilo vieja escuela: “Es que estoy muy eufórico, muy contento con la nominación”.

El candidato Belloni está consciente de que el escenario cambió bastante desde que fue nominado la primera vez a Gran Compipa, hace once años. Hay que tener cuidado con la picardía.

Hasta cuando es serio es cómico.

¿Qué pasó la primera vez, Don Ernest? ¿Por qué perdió?

—Había un contrincante, Nicolás Copano, que manejaba muy bien las redes sociales y tuvo un apoyo increíble en internet, que yo no tuve. Ahora me estoy manejando más con las redes sociales y estoy participando en las actividades de la fiesta guachaca, que antes tampoco hice mucho porque vi que estaba perdido y no me esforcé. Pero hoy dije: hay que pelearla.

¿Cómo ve la competencia?

—Hay contrincantes duros, como Kaminski, a quien conozco. Avello, también. Pero el fuerte es Belloni. ¡A Belloni nadie se lo poni!

Aparte de la ducha con vino, ¿tiene algún programa de gobierno?

—Tengo que verlo con mi jefe de campaña, que es el Poeta, que en estos momentos debe estar en su casita. Pero creo que primero vamos a terminar con las víctimas de la corrupción y, de paso, vamos a sacar todos lomos de toro y los vamos a hacer asados. Pero todavía tengo que juntarme con mi equipo.

—Maestro, ¿qué representan para usted los guachacas?

—Bueno, la Cumbre Guachaca es ya una fiesta arraigada en todos los chilenos, todo el mundo habla de ella. Ahora, ser guachaca para mí es vivir la vida, pasarla bien, disfrutarla, ser buena persona. Quizá todavía el concepto está un poco estigmatizado, asociado a una persona curada, indeseable. Hay que eliminar ese estigma.

Oiga, pero igual se podría considerar que el Che Copete es un emblema guachaca y él siempre anda un poco puesto, ¿o no?

—Sí, pero yo creo que el Che Copete es guachaca sobre todo porque es un buen tipo.

Fair play: los candidatos Ernersto Belloni y Francisco Kaminski posan para la fanaticada juntos.

 

Doctor Belloni, para nosotros usted es un referente porque es uno de los pocos, junto a Daniel Vilches, que mantiene vivo el género revisteril. ¿Cómo ve esa lucha?

—Yo me resisto a que muera la revista porque es un género que me apasiona. Pero los tiempos han ido cambiando. Hoy el tema del humor está complicado. Ya no pasa por las mujeres bonitas, por los bikinis. Hay que tomar en cuenta el feminismo, educarse y asumir el nuevo respeto que se debe tener por los flacos, los gordos, los gais… Y eso ha costado un poquito. La revista antes aludía a eso, desde el nombre para abajo. Iba un poco en contra de todo lo que se debe hacer ahora. Hay que saber adaptarse.

¿No nos estaremos poniendo muy serios?

—No, yo creo que el humor va a tener que cambiar. Si y sabemos que algo es hiriente u ofensivo para las personas, no podemos insistir en eso. Hay que hacer reír con un humor que no pase por la mujer en ropa interior, sino que pase por el humorista nomás. Hay que reírse de uno mismo.