Por Charlie

No es que la Roja haya perdido contra Perú, tampoco constatar que a la generación dorada no se le puede devolver el brillo ni con un galón de Brasso. Ni siquiera es la canción oficial del certamen. Lo peor fue el chovinismo racista que una vez más afloró y una vez más nos pegó en la cara.

 

Fomeque fue la Copa América 2019. Brasil ganó por novena vez, sin Neymar y sin entusiasmar a nadie. Messi jugó, pero se le vio más ante los micrófonos que sobre el césped, y para más remate quedó picado. La gestión del VAR convenció menos que curao jurándole a la señora que viene de un seminario para altos ejecutivos. Y no fuimos los tricampeones.

Pero todas esas son cosas del fútbol. ¡Filo! Salimos cuartos, tampoco es pa’ tanto. De haber ganado, no nos hubiéramos hecho más ricos, salvo el profe Rueda y sus pupilos, que ya están suficientemente forrados (y quizás los fabricantes de paraderos).

No vale la pena cortarse las venas por una copa más, una copa menos; teniendo una copa de tinto que empinar, basta. Lo que sí nos debe preocupar es ese patrioterismo histérico y medio racista que una vez más afloró y fue creciendo a medida que la Roja iba superando obstáculos y que el martes 2 de julio, a horas de que Vidal y sus caballeros de la mesa coja fueran humillados, ya había tocado techo.

Hay que reconocerlo, todos (o la inmensa mayoría) pensábamos que el partido contra los del Rímac era un trámite facilito, como sacar tarjeta de La Polar. En parte, ese convencimiento se basaba en el juego que nuestra selección lució contra Colombia. Pero también hay un componente extra-futbolístico en esta fe quebrantada por la realidad. Prueba de ello es este horrible meme que circuló profusamente en los guasaps de los chilenos en los instantes previos al duelo Chile-Perú.

Muchos se preguntarán por qué ponerle tanto color a un simple meme. Pues porque resume un sentir generalizado o, de al menos, una porción relevante de la gallada. ¿Y qué vemos en el famoso meme? Chile, un ave poderosa, majestuosa, contra una débil paloma que, por lo demás, también alude al estúpido mito de que los migrantes peruanos se zampan a estos pájaros cochinos. Pero, además, el cóndor es una especie endémica, mientras que las palomas son una plaga llegada a nuestro continente desde el Viejo Mundo, como las ratas. Es decir, son elementos exógenos que vinieron a desplazar a los pajaritos nativos, que propagan enfermedades a diestra y siniestra, que usan las estatuas de nuestros próceres como wáter y más valdría echarlos del país. ¿Alguna similitud con lo que, lamentablemente, andan diciendo varios compatriotas sobre los inmigrantes?

No nos hagamos los lesos. Hay un sector de la sociedad chilena que se jura superior a la población del resto de los países latinoamericanos y que considera que la migración viene a “ensuciar” una “raza” que no sé de dónde sacan que es pura y digna de preservar. No importa que las estadísticas muestren que los migrantes que llegan a Chile tienen, en promedio, más años de estudio que los propios chilenos. No importa que el Banco Central pronostique que la economía del país va a crecer en el largo plazo más gracias a los migrantes (y el Banco Central no es precisamente la Compañía de Jesús). Les da lo mismo que los migrantes sean reparecidos a nosotros, en cuanto a historia y cultura. Al racista no le entran razones. No vale la pena discutir con ellos.

Queremos creer que son una minoría. Pero, al fragor del fanatismo deportivo, del chovinismo que exacerban los medios y la publicidad mundialera y copera, es fácil subirse al carro del racismo. ¡Cortemos la huevada! Memes como los de la paloma y el cóndor son ofensivos, pero ofenden más al que los propaga, por tonto y porque olvida que el cóndor es, finalmente, un ave carroñera.

En ese sentido, si lo peor de la Copa América 2019 fue el sentimiento de superioridad fascistoide que campeó durante un rato, lo mejor fue el tapabocas que nos dio Perú.

En cuanto a lo futbolístico, ya el próximo año tendremos otra oportunidad de revancha porque, al parecer, la Confederación de Mercenarios Boludos (Conmebol) decidió hacer una Copa América anual, o incluso semestral, hasta que Messi gane algo.