Esta semana los capos del Instituto Nacional de Estadísticas dieron a conocer el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del mes con más memes: julio. Los economistas esperaban el dato comiéndose las uñas porque es sabido que el Ministerio de Hacienda y el Banco Central llevan meses luchando a brazo partido contra la inflación y el IPC refleja precisamente los vaivenes que experimentan los precios. Pues bien, el famoso índice anotó una variación mensual de 0,4%, con lo que acumula un alza de 2,5% en lo que va del año y de 6,5% en doce meses. Si bien lo anterior está en línea con las expectativas más alaracas, aún es posible llegar al 4% de inflación que el BC proyecta para 2023.
Sin embargo, lo que nadie dijo —probablemente para no desatar el pánico— es que el copete y los puchos tuvieron un alza mensual de 1,1%, muy por encima del IPC promedio. Para más remate, acumulada desde diciembre de 2022, esta subida de precios es de 5,9% y, en doce meses, de 12,5%, la más alta de todas las divisiones incluidas en la medición del INE. O sea que con las mismas monedas que hace un año comprábamos diez garrafas, ahora nos fían menos de nueve. Y ojo, que si nos remontamos a agosto de 2022, para ese mes los precios de los elíxires ya habían sufrido un encarecimiento de 7,5% anual.
Hasta ahora nadie nos ha podido explicar por qué la inflación se ensañó con las bebidas alcohólicas. ¿Será que la gallada se tomó los retiros? ¿El vodka se disparó con la guerra en Ucrania? ¿O los cuicos están acaparando copete para matarnos de sed? Como sea, se hace urgente que el Gobierno establezca un fondo de estabilización etílico de cara al 18 de septiembre que se avecina a pasos agigantados, y sería bueno también que de una vez por todas creen la Empresa Nacional del Litro que prometió el presidente Boric.
Las papas, el nuevo aceite
Si revisamos por producto, el que más ha subido es la papa, la leal compañera de perniles y arrollados, cuyo precio se pegó un salto de 20,2% entre junio y julio, acumulando un alza de 28,6% en lo que va del año y de 44% en doce meses. Según vendedores y proveedores, el incremento se debe a la baja en la cantidad de siembra durante 2023 y a las inundaciones que dejó el sistema frontal de fines de junio. ¡El cambio climático de nuevo!
Lamentablemente la conclusión es que disfrutar un schop con papas fritas está cada vez más caro.