Episodios guachacas de la Historia
Chúpate esta, Baradit.
1818
Tras la batalla de Maipú, los Padres de la Patria piden fiado 742 litros de aguardiente y todavía no los pagan
Cuando los generales José de San Martín y Bernardo O’Higgins se dan el famoso abrazo de Maipú, el 5 de abril de 1818, los patriotas acababan de correr a PLR a los imperialistas españoles. ¡Nacía la República! Mínimo un brindis… Pero el Ejército Libertador de Los Andes tuvo que pedir fiado el copete. El trago electo fue aguardiente. La cantidad: 46 arrobas, que vendrían siendo 742 litros. La señora Josefa Irigoyen los proporcionó a cambio de un vale fechado el mismo día de la batalla decisiva y que hoy está en posesión del Museo del Carmen, debajo del templo Votivo de Maipú. Ahí tienen otro documento posterior en el que se le recuerda al director supremo, don Bernard, que aún le debemos el pisco a doña Josefa. El colorín de las patillas era quien debía autorizar el pago. ¿Lo hizo? No se ha encontrado papel alguno que lo acredite. El Ejército Libertador está a punto de caer a Dicom.
Con información de El Guachaca.
1849
Asalto a Chilecito en San Francisco de California
Unos 50 mil chilenos de todas las especies y raleas llegaron a California durante la fiebre del oro gringa, a mediados del siglo XIX. Sentaron sus bases en Yerba Buena, que pronto sería conocido como San Francisco. Tantos eran que tenían todo un barrio los perlas: Chilecito. Como nuestro país es tierra de mineros, estos gallos sabían catear y explotar vetas de oro, no así los locales, que no tenían ni idea de hacer un hoyo. Eso explica que a los chilenitos les haya ido mucho mejor y que los yanquis les tuviesen envidia. En aquella época, surgió un grupo de paramilicos rancios, mezcla del desbandado regimiento de voluntarios de Nueva York con bandidos de Australia, que andaban sacándole “contribuciones voluntarias” a la gente, so pretexto de velar por la seguridad pública. La única seguridad que brindaban era de que te iban a sacar la cresta si no les pagabas. Su capitán era un tal Samuel Roberts. Los chilenos, chorizos como ellos solos, se negaron a ser extorsionados, así que Los Galgos, como se hacían llamar estos antepasados de los votantes de Trump, redujeron a Chilecito a cenizas. Los pacos se lavaron las manos. A ver si así estos rotos se devuelven a su país con la cola entre las piernas. Pero los chilenos se armaron de pistolas y cuchillos, y se fueron con todo contra la tropa de matones. Tomaron 18 prisioneros (entre ellos, Roberts) y los arrastraron maniatados hasta un buque de guerra para que los condujeran ante la justicia.
Con información de Juan Guzmán Cruchaga: Recuerdos entreabiertos (LOM)
1891
Pelea de curados casi termina en guerra con Estados Unidos
La noche del 16 de octubre de 1891, en un local del Arrayán (en Valpo, no en lo alto de Santiago), se armó una trifulca entre cargadores criollos y marineros del crucero estadounidense Baltimore que incursionaban en la vida bohemia porteña. Interviene la policía y ocurre lo impensado: a un paco o a un estibador se le escapa un tiro y muere un gringo de apellido Riggin. Poco después, en una mocha en la avenida San Martín, cae apuñalado otro marino yanqui, un tal Johnson. Se habla de dieciocho cuchilladas. Es que a los porteños no les vienen na’ con hueás. La noticia no tarda en llegar a la legación gringa en Santiago. De ahí salta a Washington, desde donde mister Benjamin Harrison, el presideitor de la época, exige disculpas. “Calmao, calmao”, le dice el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Manuel Antonio Matta. “Es solo un hecho policial”, argumenta. Se cuenta que Harrison, picado, envía los navíos Yorktown y Boston a aguas chilenas. En nuestra tierra cunde el pánico. Matta se va para la casa y el Chilean president, Jorge Montt, acepta efectuar un acto de desagravio, saludando a la bandera de Estados Unidos con veintiún cañonazos. No está claro si esta opereta se llevó a cabo en el fuerte Punta de Ángel de Valpo y o en San Francisco (California, no el de Mostazal). El rumor es que, después de esta sobada de lomo, el marino chileno Carlos Peña hizo el saludo militar y se voló la cabeza de un tunazo.
Con textos de Nicolás Sagüés
1922
Arturo Alessandri visita el bar El Democrático y lo bautiza sin querer como “La Piojera”
El local ya funcionaba como bar desde fines del siglo XIX. Se dice que el León de Tarapacá, ocupante del sillón presidencial, se apareció en la picá invitado por el director de la PDI, que quería mostrarle dónde chupaba y comía el pueblo. Al cachar el ambiente, Don Artur habría proferido: “¿Y a esta piojera me trajeron?” El término “piojera” se usaba en esa época para referirse a lugares insalubres. Desde ese día, la gente empezó a llamar al bar con ese nombre, pero no fue hasta 1981 que los dueños atinaron y lo escribieron en la fachada.
Con información de Lapiojera.cl y La ruta del picante.
1940
Duelo de Arturo Godoy con el Bombardero de Detroit
Gracias a su talento, dedicación y al acertado manejo de Luis Bowey, el gran Arturo Godoy ya gozaba de fama internacional. Había batido a Jack Ropper, Alberto Lowell y al “Toro de las Pampas”, el argentino Luis Ángel Firpo, entre otros contendores de inmenso prestigio. Eso le abrió las puertas para disputar el título mundial de pesos pesados ante Joe Louis, uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos. El combate se dio el 9 de febrero de 1940, en el Madison Square Garden de Nueva York. En Chile fue escuchado por radio, con el alma en un hilo. La estrategia de Godoy consistió en mantener el tronco bajo la línea de pelea, para evadir las arremetidas del Bombardero de Detroit, mientras intentaba acertarle combos en la zona baja y veloces contragolpes en la alta. Le resultó bastante bien. Resistió los 15 rounds y solo terminó perdiendo por puntos, en fallo dividido. Fue un triunfo moral. Se pactó la revancha para el 20 de junio del mismo año, pero en esa ocasión Godoy presentó un combate más abierto que Louis no perdonó. El campeón dejó a Arturito fuera de combate en el octavo asalto. Godoy perdió en el ring, pero ganó un amigo. En 1947, Louis vino a visitarlo a Chile y dieron una linda pelea de exhibición en el Estado Nacional.
Con información de Boxeadores.cl.
1957
Roberto Parra conoce a la Negra Ester en San Antonio
En los años 50, el Tío Roberto se ganaba su aventurera vida como guitarrista de locales de mala muerte. En 1957, se integra al cabaret Luces del Puerto, de San Antonio. Y en esa ciudad, específicamente en la boite Río de Janeiro, conoce a la Negra Ester. Su relación inspiró la inmortal obra homónima escrita en décimas. Por si alguien aún no sabe a qué se dedicaba el objeto de su afecto:
“Al puerto de San Antonio / me fui con mucho placer. / Conocí a la Negra Ester / en casa de Celedonio. / Era hija del demonio / donde ella se divertía. / Su cuerpo al mundo vendía, / le quitaban su trabajo. / Pior que un escarabajo, /donde el jilucho caía”.
La pieza se estrenó casi tres décadas después y dejó la mansaca, en el buen sentido.
Con información de musicapopular.cl.
1962
Leonel Sánchez hace justicia y le aforra al italiano David en el Mundial
Chile era el anfitrión de la séptima Copa del Mundo y el cuadro comandado por Fernando Riera había comenzado la primera fase ganándole a Suiza. Ahora se aprestaba a enfrentar a Italia, el 2 de junio en el Nacional. Los ánimos ya estaban caldeados por culpa de dos periodistas italianos del pasquín “Il Resto del Carlino” que publicaron una insolente crónica donde llamaban a Santiago “símbolo triste de uno de los países subdesarrollados del mundo y afligido por todos los males posibles”. La hinchada exigió venganza. Como queriendo apaciguar la cosa, los italianos salieron a la cancha lanzando claveles blancos. Pero rápidamente el juego se puso brusco. En el minuto 7, el árbitro inglés Kenneth Aston expulsó a Giorgio Ferrini por una artera entrada a Honorino Landa. Tuvieron que venir los pacos a sacarlo. Después, en el 38’, el defensor tano Mario David provocó la caída del delantero Leonel Sánchez. Como Aston no pitó nada, Sánchez se mantuvo en el piso, con el balón entre las piernas. El impaciente Mario empezó a pegarle con los pies, así que Leonel se levantó de una y lo botó de un cacho. Increíblemente, el árbitro no expulsó al chileno. Sí le mostró tarjeta roja a David minutos más tarde, cuando el italiano le propinó una fea patada a nuestro Leonel. La contienda terminó 2-0 a favor de Chilito, que clasificó a la siguiente ronda.
Con información de Prensa Fútbol.
1985
Invención del terremoto en El Hoyo
Por décadas historiadores y arqueólogos han intentado determinar a ciencia cierta de dónde salió el cóctel de pipeño, helado de piña y fernet. La Piojera y El Hoyo se disputan su cuna, pero últimamente el segundo tomó la delantera en cuanto a verosimilitud. Guillermo Valenzuela, dueño de “El Hoyo”, asegura que él es el inventor del brebaje. Dice que hizo varias pruebas combinando vino con helado (tinto con helado de frutilla, blanco con helado de chirimoya, etc.), hasta dar con la mezcla adecuada en 1978. Claro que no bautizó a su trago de inmediato. Eso supuestamente ocurrió en 1985, cuando unos reporteros alemanes llegaron a Santiago a cubrir los estragos del terremoto y pasaron a servirse algo para la sed. Don Guille les dio a probar su combinado, que los germanos hicieron rechupete. Cuando uno de ellos se puso de pie y sintió que se le movía el piso, exclamó: “¡Este sí es que es un terremoto!”
Con información de El Observador y Canal 13.
1998
Primera Cumbre Guachaca
Los cuicos se encerraron en sus casas a rezarle a Maciel y a Monseñor Escrivá de Balaguer, cagados de miedo, mientras la CIA intentaba infiltrarse en La Perrera para seguir de cerca los sospechosos pasos de los guachacas (todos los agentes terminaron curaos como tagua). Y, pese a que los poderes fácticos del imperialismo intentaron boicotear la fiestoca con un bloqueo etílico, logramos prevalecer gracias a los clandestinos y a botillerías independientes patrióticas. ¡Viva Chile!